martes, 26 de julio de 2011

Roberto Arlt, un grande de la literatura argentina
A modo de ejemplo de las aguafuertes realizadas por Roberto Arlt, les dejo una realizada por mí.
                              ¿Nueva moneda nacional?
Mi asombro crece día a día; ¡cómo han cambiado las cosas!. Me sorprende  la forma que han adoptado los comerciantes para dar el vuelto de la compra; si, todo cambia según pasan los años, y esta vez han reemplazado los centavos por su "dulzura".

¿Quién no ha salido a comprar alguna vez?. En más de una ocasión a todos nos han dado un CARAMELO, como vuelto de una compra. ¿De qué se trata esta nueva modalidad?. Es un nuevo método por la escasez de monedas. Sí, así como escasea el azúcar, el aceite de comer y el combustible, también pueden escasear las monedas en mi país argentino.

Un día salí de compras y me llevé una gran sorpresa, después de seleccionar lo que iba a llevar; pagué al vendedor el costo de mi compra y como vuelto equivalente a $0,10 centavos argentinos, depositó en mi mano un caramelo. Realmente no quería la golosina; "no tengo monedas señor", dijo el comerciante. No me hice problemas, lo guarde en mi bolsillo y olvidé el suceso. A los pocos días decidí ir al mismo lugar, pero esta vez, era yo quien no tenía monedas y recordé aquel significativo episodio del caramelo. Saqué el pequeño dulce de mi cartera y lo puse en la mano del vendedor como pago de lo que faltaba. Se sorprendió, me miró y al instante sonrió avergonzado. Nadie se atrevería a hacer algo así; por el contrario, todos callan y aceptan la situación, porque en realidad a nadie le viene mal un poco de dulzura de vez en cuando.

Nunca faltan los que se avivan. Una vecina salió de compras y quiso adoptar esta modalidad tan recurrida, pero enseguida el cajero advirtió: "estos no son los caramelos que nosotros damos de vuelto, señora". El vendedor no mentía, porque ese caramelo se lo habían dado en otro comercio. Queda muy claro que cada uno cuida lo suyo.

Estas cosas pasan; ¿quién no ha vivido una experiencia así?. En mi país argentino somos cordiales y afectuosos; descubrimos que todo consiste en invertir dulzura, para recibir la misma paga.


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